segunda-feira, 31 de outubro de 2011 | Autor:

Texto enviado por Edgardo Caramella:

 

La calidad y el crecimiento dependen de la responsabilidad y la participación de todos:

Había una pequeña aldea que se dedicaba a la producción de vino. Una vez por año, se realizaba una gran fiesta para conmemorar el éxito de la cosecha.

La tradición establecía que en esa fiesta, cada habitante de la aldea trajera una botella de su mejor vino, el cual era colocado en un gran barril, que estaba en el centro de la plaza mayor.

Uno de los pobladores pensó: ¿por qué deberé llevar una botella de mí mejor vino? Llenaré la botella con agua, al final de cuentas entre tanta cantidad de vino, el mío no hará falta.

Así lo pensó y así lo hizo…

De acuerdo a la tradición, en un momento determinado de la noche, todos se reunieron en la plaza con su copa, para probar aquel vino tan especial, y cuya fama se extendía más allá de las fronteras de la aldea.

Frente a una comunidad expectante, abrieron la canilla y una exclamación de asombro brotó de las gargantas de los presentes. Del gran barril, salió… agua.

El resultado fue consecuencia de que cada uno de los productores había pensado lo mismo: hay tantos que llevarán su botella de vino que mi parte no hará falta…

Esta breve historia, se refleja en la conducta diaria que debemos tener en nuestras escuelas. Es el aporte de cada uno lo que nos hará crecer y ser mejores. Nunca debemos pensar que si no hago lo mío, otro lo hará en mi reemplazo. Tanto en las grandes como en las pequeñas tareas.