¡La vuelta de las vacaciones es una óptima oportunidad!
Normalmente se aprovechan las vacaciones para salir de la rutina, hacer balance, reponer energías, es decir, para conectar con nosotros mismos. Esto crea el contacto ideal para una buena planificación, ¡aportandonos perspectiva!
La perspectiva que conseguimos tener sobre nosotros mismos resulta de la madurez, experiencia y lucidez que alcanzamos con la historia que ya vivimos. Cuanto más precisa sea, mejor será la autopercepción interna y la capacidad de tomar decisiones eficientes.
La rutina diaria genera foco en el logro y es un pilar estructural para la realización. Sin embargo, al tener un carácter inmediato y práctico, tiende a quitarnos la capacidad de ver de lejos, o mejor, de vernos desde lejos.
Como expresa el Profesor DeRose, sistematizador del DeRose Method, en su libro “Pensamentos Desvendados”: “La realidad es una cuestión de óptica”.
Los errores de planificación más comunes están relacionados con la falta de conexión, por incapacidad o indisponibilidad, entre las tareas del día a día y la visión de largo plazo..
Esta desconexión crea una falta de sentido, como si pasáramos por la vida en lugar de vivirla con propiedad, como el actor o la actriz principal
Esa desconexión nos hace tomar decisiones erradas. Ya sean las grandes decisiones, como el país en el que queremos vivir, la profesión, las relaciones que queremos adoptar; como las pequeñas decisiones del día a día, que son muy importantes. Porque son la forma en que escogemos pasar nuestro tiempo y, debido al factor acumulativo, van creando características que iremos desarrollando, sean éstas interpretadas como buenas o malas.
Tal como enseña Aristóteles: “Somos aquellos que hacemos repetidamente. La virtud, entonces, no es un acto, sino un hábito”
Déjame preguntarte: ¿Alguna vez te ocurrió tener un día agotador en el trabajo y al final del día tener la sensación de no haber hecho nada?
¿Alguna vez has notado que a pesar de haber trabajado duramente, tal vez por 10, 13 o 14 horas, la sensación es de no haber logrado nada?
Quizás hayas completado muchas tareas pero no aquellas que son realmente importantes, consistentes con tu evolución.
Te propongo un ejercicio llamado “Salvando un Dragón al Día”
Consiste en seleccionar una tarea, solo una tarea, pero que esté alineada con aquello que más valoras y quieres desarrollar para tu futuro.
Esa tarea, sin embargo, se convierte en un acto de poder.
Debe ser la máxima prioridad del día, ejecutándola lo más rápido posible, con mucho foco e intención.
Obviamente continúas con tus responsabilidades pero internamente, para ti, esa será la tarea más prioritaria de tu día. El resto, aunque importante, será pasada a un segundo nivel.
Y ten en cuenta que salvar a tu dragón sólo puede llevarte 10 minutos. Eres tú quien decide y se adapta de acuerdo a las necesidades y disponibilidad del momento. Seguir esta rutina crea mucha confianza en uno mismo y energía para el logro.
¡Actúa! No pongas excusas, recuerda, como enseña el profesor DeRose: Nada es una excusa. Todo es un pretexto.