Los desafíos de los ejecutivos de alta competición


La expresión “Ejecutivos de Alta Competición” se me ocurrió hace 10 años, mientras percibía los desafíos de algunos alumnos que se debatían por una buena calidad de vida. La única cosa que los diferenciaba de los Atletas de Alta Competición era la actividad, en lugar de ser deportiva, estaba relacionada con abogacía, gestión, ingeniería, etc. Pero, su nivel de exigencia era comparable a la de los atletas.
Cuando observamos a un ejecutivo que tiene brío y es perfeccionista, la cantidad de esfuerzo a la cual está sujeto es, en muchos casos, extrema debido a la cantidad de información que tiene que procesar generada por los inmensos estímulos a los que está expuesto.

Por eso, debe tener una buena capacidad de concentración, indispensable para realizar las tareas con calidad y genialidad.Y a su vez, conseguir gestionar la dispersión generada por los múltiples roles que desempeña en la sociedad sin perder el foco en sus propios objetivos.
El mundo V.U.C.A (volátil, incierto, caótico y ambiguo), como fue llamado en el Fórum Económico Mundial, es hoy, más que nunca, la realidad en la que vivimos.

Los Atletas tienen planes de entrenamiento muy específicos y estratégicos, mientras que muchas veces los ejecutivos van a trompicones intentando encontrar solos una forma de mantener la calidad de vida y encontrar un sentido para ella.
En un plan de alta competición para un ejecutivo, considero fundamental el desarrollo de tres estrategias para conseguir un éxito consistente en el largo plazo (y no solo temporalmente):

  1. Una estrategia eficiente de gestión del estrés. Sin ella, la salud se verá debilitada y eso pondrá en peligro el futuro de esa persona.
  2. Una estrategia de gestión del tiempo adecuada a su perfil. Sin ella la productividad y la capacidad de realización se verán comprometidas. El tiempo es la principal variable de la vida.
  3. Una estrategia de desarrollo de las soft y power-skills. Son el gran diferencial para el mundo incierto en el cual vivimos. En la gran mayoría de los casos, las cualidades socioemocionales son el principal factor crítico de éxito.

Profundizando en la primera, una Gestión optimizada del estrés.
La gestión del estrés más eficiente está enfocada en el aumento de los recursos del individuo y no en la reducción de los desafíos.
Esto significa que descansar durante el fin de semana, unos masajes o ralentizar el trabajo pueden servir de alivio para quien exageró y clama por una desconexión que renueve su cuerpo y su mente.
Sin embargo, eso no resuelve eficientemente la ecuación biológica del estrés.
Esta se define como la confrontación entre nuestros recursos (físicos, emocionales, mentales) y los desafíos que presenta la vida.
Urge desarrollar un plan de aumento de esos recursos, tal como el atleta hace con su entrenamiento.
En el plan de entrenamiento de un atleta hay tres componentes principales: el estímulo (entrenamiento propiamente dicho), la asimilación (renovación) y la alimentación.
No es novedad que la calidad del descanso llega a ser tan importante como la calidad del entrenamiento.
Solo que para un Atleta el mayor estímulo y la finalidad de su trabajo son manifestados principalmente en el componente corporal, físico.
Para un ejecutivo, el fruto de su trabajo es manifestado principalmente a través de su mecanismo emocional y mental. Esta diferencia es muy relevante, aunque todas importan en cierta medida, ya sea para el atleta o para el ejecutivo.
Un plan inteligente para un ejecutivo debe necesariamente desarrollar los mismos componentes (estímulo, asimilación y alimentación) para las emociones y para los pensamientos.
Como dice el neurocientífico António Damásio en la revista Veja: “El hombre está evolucionando para conciliar emoción y razón”.

Um executivo deve cuidar da assimilação das suas emoções (geradas no dia-a-dia) e de nutrir-se emocionalmente (alimentação).
Un ejecutivo debe cuidar de la asimilación de sus emociones (generadas en el día a día) y nutrirse emocionalmente (alimentación). Y en el plano intelectual debe hacerlo de la misma forma a través de la asimilación de los procesos mentales y la nutrición del intelecto.

En pocas palabras, la asimilación emocional puede ser realizada con actividades que transmitan mucho placer, no competitivas y que generen relajación. Y de forma muy eficiente podemos utilizar técnicas de relajación emocional y nerviosa que lleven a estabilizar totalmente las emociones. Es el silencio interior necesario para la restauración de las emociones. El sueño es importantísimo, pero es insuficiente para el nivel de exigencia al cual nos referimos.
La asimilación del proceso intelectual se realiza a través de técnicas de mindfulness y meditación, deteniendo gradualmente las ondas mentales. Este proceso, bien hecho, debe ser agradable y paulatino.

Paralelamente, el alimento emocional proviene de la elección consciente de los grupos que frecuenta la persona.
De la misma forma que si alguien quiere ser millonario la mejor recomendación es tener amigos millonarios; para estar muy sanos emocionalmente, debemos involucrarnos con grupos y personas cuyo entorno emocional sea ligero y constructivo. Somos fruto de la cultura en la que estamos insertados. La elección de estos grupos no debe ser aleatoria sino consciente. Y dentro de los grupos ya constituidos, moldear nuestra actitud y comunicación para invertir cualquier toxicidad emocional.
Este punto debe ser debidamente ponderado por los líderes al construir la cultura de las empresas y las organizaciones.
La nutrición del intelecto también está relacionada con los grupos de los que formamos parte y corresponde al intercambio de ideas, la calidad de los libros y viajes que consumimos, las reflexiones que establecemos y compartimos. En definitiva, al alimento que le damos al intelecto.

Para los desafíos del siglo XXI, desde la ascensión de la Inteligencia Artificial, a las guerras y pandemias, la competición globalizada del comercio y los servicios, es importante cambiar la forma de trabajar y el plan de desarrollo de los Ejecutivos de Alta Competición, para que éstos tengan una excelente performance y calidad de vida.

Leer libros de calidad y no cualquier libro, viajar, aproximarse a personas ligeras y proactivas, comenzar cuanto antes a trabajar en su concentración y aprender a relajarse profundamente. Cuanto mayor sea el estímulo de su trabajo, mayor deberá ser la cantidad de momentos de relajación profunda y desconexión. Parar para ir a tomar un café normalmente no funciona, a menos que se quede disfrutando de él con un aire de placer en el rostro.
El truco son momentos cortos y regulares.

es_ARSpanish