Buscándole la vuelta al Stress!

Vivimos en tiempos diferentes. Tiempos que implican cambios y que para muchos son sinónimo de inestabilidad y estrés. O tal vez de oportunidad. Para sumergirse profundamente y con una lupa potente, observar y transmutar las dispersiones de una vida ocupada, tal vez, basada en el vacío.

O atrevimento de encarar o stress olhos nos olhos e de passar a conduzi-lo em vez de permitir que este o arraste pela vida, é o desafio que lhe trago hoje. Escrevo para si, Positivamente Insatisfeito(a), La osadía de mirar el estrés a los ojos y empezar a gestionarlo en lugar de permitir que te arrastre por la vida es el reto que te traigo hoy. Te escribo a ti, Positivamente Insatisfecho, que, ante un escenario de enredos e incógnitas, buscas lograr más, dejar una huella positiva en el mundo.

Unas vacaciones en el Caribe o un fin de semana en el campo suenan deliciosos, pero ¿son la solución al estrés?

Stress

Desde nuestra perspectiva, el estrés consiste en una energía de adaptación al cambio que consideramos importante transmutar y lograr. La advertencia surge cuando los desafíos de la vida son mayores que los recursos del individuo, generando agotamiento. Ante este escenario, es importante actuar. Si pensamos en la curva ascendente del estrés, podemos ver que ante la presión, la tendencia es ir respondiendo con más productividad a medida que éstas aumentan, hasta que un día llegamos al pico de la curva, y a partir de ahí nuestra productividad comienza a disminuir. exponencialmente. Por ejemplo, un médico que trabaja horas extras. Si pasa un día sin dormir probablemente podrá responder adecuadamente a las demandas profesionales, pero si pasa una semana sin dormir, su rendimiento y calidad de vida disminuirán considerablemente.

El Caribe o un fin de semana en el campo, sí, ¡son un soplo de energía! Sin embargo, sólo por unos días… ¡y el círculo vicioso se repite! ¿Cómo romperlo?

Recursos y desafíos

La gran magia del proceso consiste en aumentar el nivel de recursos del individuo para que pueda afrontar cómodamente los retos que se le presenten. Decodificando:

Todos los seres humanos tenemos un determinado nivel de recursos. Y cuando hablo de recursos me refiero a ellos en términos biológicos (físicos, niveles energéticos, estructura emocional y estructura mental). Estos recursos están sujetos a diferentes niveles de presión. Cuando sentimos que no tenemos la capacidad biológica, ya sea por cansancio físico, emocional o mental, para responder a las demandas, entonces podemos decir que estamos en la curva de estrés descendente.

Ante este escenario, hay dos posibilidades: reducir el nivel de presión, eligiendo una vida más tranquila, por ejemplo, una mudanza permanente al campo, o, la que personalmente recomiendo, que consiste en mirar el estrés a los ojos, aumentando recursos para poder afrontar de forma eficaz los retos del día a día.

Respiración, técnicas de relajación, meditación y mindfulness son herramientas altamente eficaces para generar esta alquimia. En otro momento podremos conocer mejor cada una de ellas. Hoy vamos a conversar sobre una herramiento que es estructural por el impacto que genera en todos nuestros recursos biológicos: Elecciones más conscientes y conectadas con lo que queremos sentir en la vida.

Elecciones más conscientes

En este momento, probablemente estarás pensando: ¿por qué elecciones más conscientes? Mis elecciones son conscientes! ¿Lo serán?

Cuando inicié mis estudios en Sociología me sorprendí al entrar en contacto con las teorías sociológicas que defienden que el Ser Humano tiende a pensar y a actuar de acuerdo con las representaciones y las prácticas de los grupos que frecuenta. Precisé de un momento para asimilar, pues pensaba, ¿cómo es eso? ¡Mis elecciones son mías! ¡Son libres! Pues, no es tan así…

Cuando inicié mis estudios en Sociología me sorprendí al entrar en contacto con las teorías sociológicas que defienden que el Ser Humano tiende a pensar y a actuar de acuerdo con las representaciones y las prácticas de los grupos que frecuenta. Precisé de un momento para asimilar, pues pensaba, ¿cómo es eso? ¡Mis elecciones son mías! ¡Son libres! Pues, no es tan así…De hecho, también las neurociencias abordan esta cuestión, refiriendo que del 96 al 98% de nuestros comportamientos son automáticos y provienen de los registros acumulados desde la infancia. Entonces, apenas 2 a 4% de nuestras acciones son conscientes.

Y aquí es donde surge la pregunta: ¿será que estoy diseñando mi vida de acuerdo con aquello que pretendo verdaderamente para mí? ¿O será que estoy actuando de acuerdo con lo que la familia y la sociedad esperan, de forma automatizada y lejos de mi realización personal?

¡Manos a la obra!

Si has detectado que algunas de tus elecciones, por más pequeñas que sean, tal vez no sean “tuyas”, tengo una buena noticia: ¡podemos actuar sobre eso! Y es esta la propuesta que hoy te traigo: tomar verdaderamente las riendas de tu vida, bailando con el flujo de los cambios, alineando tus elecciones con aquello que te hace sentir realizado y con la marca que quieres dejar en el mundo. Este proceso impacta profundamente el sistema biológico y genera de forma automática un aumento de tus recursos.

El desafío pasa por aumentar la coherencia entre tus acciones con aquello que quieres sentir e imprimir en tu vida. Aparentemente básica, esta reflexión está lejos de serlo. Estamos mucho más familiarizados con elecciones que nos llevan a huir del dolor que con elecciones realizadas por placer. Por ejemplo, alguien no está feliz en su empleo pero no lo deja porque tiene miedo de no conseguir pagar sus cuentas, porque tiene temor a no encontrar otro trabajo con condiciones interesantes, etc. La decisión está pautada por la huída al dolor. La irreverencia aquí consiste en transformar la elección, en una elección por placer.

Te desafío al siguiente ejercicio:

Procura cerrar los ojos y visualizarte en el final de tu vida y mira hacia atrás para hacer un balance de la misma. Procura percibir cuales son tus realizaciones, conquistas. Permanece algunos instantes y vuelve a abrir los ojos.

¿El escenario visualizado está de acuerdo con lo que te gustaría ver diseñado, conquistado, compartido con el mundo? ¿Con la huella que te gustaría dejar? Si tus elecciones te han llevado hacia lo que realmente quieres sentir en la vida y te han permitido dejar la huella que deseas en el mundo, entonces estás en el camino correcto. De lo contrario, te desafío a que alinees tus acciones con lo que realmente quieres para ti. Para ello te propongo otro ejercicio:

Escribe las situaciones, los momentos que te hicieron sentir exactamente lo que es más importante para en tu vida. Por ejemplo: escuchar música, trabajar en un proyecto que te guste, viajar, estar con amigos, bailar, correr, etc. Y trata de comprometerte contigo mismo: haz breves descansos en tu rutina diaria e introduce acciones sencillas, fáciles de realizar, que te hagan sentir lo que hace vibrar tu esencia.

¡Y vuelve a vivir la vida que verdaderamente es tuya!

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